Lamosa invertirá 260 mdd este 20232 min read

El grupo dedicado a la manufactura y comercialización de revestimientos y adhesivos cerámicos distribuirá el capital en los países en donde opera: México, Brasil, España, entre otros.


Grupo Lamosa, dedicado a la manufactura y comercialización de revestimientos y adhesivos cerámicos, invertirá 260 millones de dólares durante este año para expandir la capacidad productiva de sus plantas en los mercados en donde opera.

“Esta inversión es sin crecimiento por adquisiciones, son inversiones en las plantas actuales (…) Vamos a invertir en todos los países en donde operamos, en México, Brasil, Argentina, España, Perú, Colombia”, dijo Federico Toussaint, director general y presidente del Consejo de Administración de la compañía con sede en Monterrey, Nuevo León. Bajo este plan de crecimiento, el Grupo estima aumentar cerca de 10% su capacidad productiva, la cual pasará de 225 millones de metros cúbicos a 245 millones de metros cúbicos. Mientras proyecta canalizar alrededor de 80 millones de dólares para renovar su maquinaria. En entrevista, el directivo comentó que la inversión anunciada ya está aprobada y en marcha. Durante el primer trimestre del año, han canalizado entre 40 y 50 millones de dólares. En tanto, el desembolso más fuerte, se realizará entre el segundo y tercer trimestre.

Federico Toussaint ve un buen panorama de negocios en este año, a pesar del entorno complejo por la alta inflación en sus insumos (como la energía y el flete) y la demanda normalizada de sus productos, luego del fuerte crecimiento reportado durante la pandemia de Covid-19. “Estamos persiguiendo objetivos muy concretos para cada región en el año. Creemos que vamos a tener resultados muy buenos, con una rentabilidad muy positiva, aceptando que la burbuja de la pandemia se está normalizando”, comentó.

Jorge Touché, director de Administración y Finanzas de Grupo Lamosa, explicó que el nearshoring traerá beneficios a la empresa, principalmente por la demanda esperada en el segmento residencial.

Fuente: ELECONOMISTA